viernes, 10 de septiembre de 2021

Nunca Subestimes Un 'Me Quiero Morir'



¡Ah, caray! ¡Qué desmadre, hermano! Nuevamente estamos acá, metidos en este embrollo, con la vida patas arriba y el ánimo por los suelos. Parece que el universo entero conspira para jodernos, ¿verdad? Y mientras todo el mundo parece estar dentro de una euforia reluciente, aquí estamos, en nuestro cuarto, sumidos en la oscuridad más densa y el silencio más atronador. ¿Y sabes quién se siente perdido en esta historia? ¡Exacto, tú!

Parejas que se desmoronan, amigos que te dan la espalda, la familia que parece haberse olvidado de tu existencia... Nada parece estar a tu favor en este caos. Has estado lidiando con esta montaña rusa de emociones en completo silencio, pero de repente, ¡pum!, algo más, el detonante, lo que sea que quieras llamarlo, llega para colmar el vaso. Y créeme, no es una cereza, es más bien como una enorme piedra que te golpea en la cabeza.

La rabia, la tristeza, el miedo, la vergüenza... Todas esas emociones nos están pegando más duro que una ola en pleno invierno. De pronto, los demonios del pasado vuelven con más ganas que nunca, susurrándonos al oído y exigiendo acción. Nos sentimos solos, agobiados, atrapados en un laberinto sin salida, y la idea del suicidio nos acecha como un fantasma.

Hoy ni siquiera pudiste sentarte a almorzar. Lo más extraño es que no fue un olvido, simplemente el hambre desapareció, dejándote con un vacío en el estómago y un mareo persistente. Pero ni rastro de ganas de comer.

Quizás has estado pensando: "¡Al demonio con todo! Si me voy, al menos dejaré de sentir este dolor insoportable". Así que comienzas a idear un plan, a darle vueltas a la idea de poner fin a todo. Te entiendo, hermano, porque todos hemos estado en ese oscuro abismo alguna vez.

Sé que ahora mismo todo parece oscuro y sin salida, pero créeme, no es así.

Pregúntate honestamente: ¿Quieres acabar con todo o simplemente dejar de sufrir? Perfecto, lo pensaste, pero ahora vamos a profundizar.

¿Cuál es el maldito problema que necesitas resolver? Escribe, escribe en un papel o en la aplicación de notas del celular posibles soluciones. Pero, antes que nada, date una ducha fría o salpícate bien la cara, detengamos esta locura. Come algo, escucha música buena, pero ojo, no te pongas esa música deprimente que sabes muy bien cuál es. Escoge algo que te levante el ánimo, que te la suba y te haga sentir omnipotente.

Necesitas hablar, lo sé. Una alternativa puede ser llamando al 113, o abre tu corazón a un familiar, a un amigo, o dirígete a un hospital, busca alternativas, recuerda que es vital que puedas expresarte. Porque el suicidio nunca, jamás, será la solución. A menudo, los que nos quedamos atrás, los familiares, los amigos, quedamos destrozados por esa decisión. Nunca sabes lo que podría pasar, a veces lo intuyes, pero cuando sucede, ya es demasiado tarde para lamentarse. Algunos de nosotros, los que sobrevivimos, llevamos la muerte en vida. Sobrevivimos a preguntas sin respuesta, a la culpa, al estigma, al juicio social. Pero seguimos aquí, luchando, porque la vida, aunque sea una mierda en momentos como estos, merece ser vivida.


Datos y cifras

  • Cada año se suicidan cerca de 700 000 personas.
  • Por cada suicidio consumado hay muchas tentativas de suicidio. En la población general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante.
  • El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.
  • El 77% de los suicidios se produce en los países de ingresos bajos y medianos.
  • La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y el disparo con armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en el mundo